Aprendió a fumar al revés, con el fuego dentro de la boca,
como fumaban los hombres en las noches de las guerras para que no los delatara
la brasa del tabaco. Pero nunca había fumado a solas. Con Hildebranda en su
casa lo hizo todas las noches antes de dormir, y desde entonces adquirió el
hábito de fumar, aunque siempre a escondidas, aun de su marido y de sus hijos,
no solo porque era mal visto que una mujer fumara en publico, sino porque tenia
el placer asociado a la clandestinidad.
El mor en los tiempos del cólera, Gabriel García Márquez.
Irene Noriega López Legazpi...-I.N.L.L...
qualunque voi pensano... l'immaginazione è reale...
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