Eran como las dos de la mañana, la pequeña habitación oscura estaba iluminada por un farol de la calle. Se podían ver las sombras de un pequeño escritorio con muchos libros de física, álgebra, trigonometría, calculo integral y etc. También se veía un baúl, un taburete, una cama y un closet de espejo de donde ella veía todo; veía los libros, la persiana entrecerrada por donde entraba una franja de luz naranja, también veía cuadros en las paredes que ahora parecían sombras borrosas, miró la ropa en el piso y por último se miró en el espejo. Le gustaba su rostro que nunca maquillaba y su cabello negro revuelto sobre los hombros, observaba su cuerpo, había días en los que le gustaba y días en los que no (y hoy era uno de esos), había aumentado algo de peso, y su piel se veía de diferentes tonos las piernas y el estomago muy blanco y sus brazos y cara algo más oscuros, mientras estaba absorta en sus pensamientos un ronquido y un bulto que se movió, hizo que se sobresaltara y recordó como había ido a parar allí.
El era un completo ñoño, pero tenía una pizca de encanto, era amigo de su hermano mayor, salía con él desde hacía dos semanas, a escondidas del hermano y sus padres, esa noche había dicho que se iba a quedar a dormir en casa de su mejor amiga (que se suponía de visita en la ciudad), y si querían saber cómo estaba solamente le llamaban al celular y ella ponía música de la que solía escuchar con ella, y así estaba segura de cualquier sospecha, cuando menos de su familia; su hermano siempre la defendía de los rumores, pobre él no sabe que son ciertos.
Cada semana tenía un nuevo pretendiente, le bastaba con que algún chico le gustara y estaba con él un tiempo, ese año como 10 chicos ya habían estado con ella.
-Que tiene ella que no tenga yo!, no es tan bonita, siempre tiene a alguien con quien estar-
-Pero tú ya tienes novio…-
-¿y que ya tenga uno?, hay Vanesa no entiendes-
-pues creo que no, tu ya tienes a Jaime, ¿que mas quieres?-
-saber que tiene ella que yo no. En fin se nos hace tarde, vamos!! -
-Siempre lo mismo….- (Karla) en fin es tarde...
-Hey Sammie ¿cómo te fue con tu ñoño anoche?-
-jajaja, pues como siempre todo un caballero...
-mm... espero que no le rompas el corazón, ¿cuánto tiempo pasará hasta que te canses de él?...
-no lo sé, ¿un par de semanas más?, hay un chico nuevo que viene de intercambio, que a decir verdad me parece todo un bombón...
-como eres puta...
-jajaja...pero si no cobro...
-lo que es peor...descarada...
-ya es tarde anda a clases... no te preocupes Angie, tal vez algún día entiendas...
-no creo poder entenderte nunca, pero espero que no te partan el corazón así como tú lo haces con tantos...
-no lo creo no tengo corazón...
Hace tres años...
Es qué todo tiene un por que...
Sammie era una niña normal de 15 años, que después de la escuela iba con sus amigos a algún parque cercano a pasar el rato, llegaba a su casa con las peleas de siempre con su madre, las tareas imposibles de la escuela, veía televisión hasta tarde y volvía a empezar su día, tenía una mejor amiga Gabriela, a la que despidió dos años después por que se fue a vivir con sus abuelos al otro lado del charco, sus padres murieron en un accidente de coche...
Los fines de semana salía con su amiga y su familia al campo, o a veces salían con la familia de la otra...
Los domingos misa obligada, visita a tías y abuelos... toda una vida normal...
Un día llega un chico nuevo a la escuela, dos años mayor, era la tercera vez que trataba de pasar ese año, claro, chico nuevo, juguete nuevo, todos tenían los ojos sobre él, peleaban por su compañía, por que los dejara verlo fumar, porque les contara historias del correccional de menores, en fin era toda una eminencia...
Un día muy caluroso en el parque, todo estaban sentados bajo una banca tratando de soportar el calor bajo la escaza sombra de uno de los pocos árboles que había en el parque, llega el chico nuevo, Flavio creo que se llamaba, con sus dos nuevas sombras, los mas abusivos del colegio... Sammie y Gabriela estaban casi en el centro de la banca, todos inmediatamente callaron sus cuchicheos, y centraron las miradas en los nuevos tres individuos, que solo se fijaron en las dos niñas de en medio...
- Estemm... ustedes dos,
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